Erigido
sobre un islote de granito situado en el centro de una inmensa bahía bañada por
las mayores mareas de Europa, desafía al paso de los siglos y se ha convertido
en un lugar emblemático de la historia.
En
primer lugar, el Monte Saint-Michel es un municipio francés situado al suroeste
del departamento de la Mancha en la región de Baja Normandía. Su
arquitectura y su emplazamiento lo han convertido en el tercer lugar turístico
más visitado de Francia (por detrás de la torre Eiffel y del castillo
de Versalles) con cerca de 3,5 millones de visitantes cada año. Además, está
clasificado en el Patrimonio mundial de la Unesco.
La
bahía
El Monte Saint-Michel se alza en el centro de una inmensa bahía bañada por las mayores mareas de Europa. En el límite entre Normandía y Bretaña, la bahía del Monte Saint-Michel, con una superficie aproximada de 500 km2, es la mayor superficie francesa de prados salados y de pólders. Destaca por las enormes diferencias que presenta entre la marea baja y la marea alta (hasta 15 metros en periodo de marea viva). Ofrece una gran diversidad de medios naturales y cuenta con una fauna, una flora y una luminosidad excepcionales.
El
pueblo
En
la ladera sur del peñasco, protegido por unas murallas erigidas entre los
siglos XII y XV, el pueblo cuenta con gran número de edificios clasificados
como monumentos históricos, pequeños museos locales y comercios turísticos. Los
visitantes pueden seguir el adarve, salpicado de pequeños jardines protegidos y
admirar desde ahí las magníficas vistas del litoral. Además, no deben olvidar
las especialidades locales como el cordero pre-salado o la tortilla de la Mêre
Poulard, que abrió su albergue en 1888.
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